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Privada
La grasa es uno de los principales elementos del jamón ibérico. A pesar de que hay muchas personas que piensan que el jamón que tiene grasa no es de calidad, no hay nada más lejos de la realidad. La grasa, entre otras cosas, aporta al jamón sabores, texturas y aromas muy diferenciadores de otros productos.
Por otro lado, hay distintas clases de grasa en el jamón. Por ejemplo, encontramos la grasa que cubre al jamón (la de depósito), la que existe entre los depósitos intermusculares, y la que se encuentra dentro del mismo músculo.
En esta ocasión vamos a hablar de la grasa que es más significativa en el jamón, la intramuscular, es decir, la que se encuentra dentro del mismo músculo del cerdo.
La grasa intramuscular en el jamón
La principal característica de la grasa intramuscular del jamón es la de optimizar los atributos sensoriales que se relacionan con la textura de la pieza y su aspecto.
La grasa es el elemento que mejora varios aspectos importantes del jamón, como son el brillo, la intensidad del mismo brillo y el veteado del jamón. Estos aspectos son muy importantes para el consumidor, puesto que son indicadores claros de la calidad del jamón en cuestión.
Si el jamón es o no jugoso también dependerá de la cantidad de grasa intramuscular que tenga.
¿Conoces las muchas propiedades de la grasa del jamón?
De todas las grasas que tiene el jamón, un 70% son no saturadas. Además, tiene numerosas proteínas y vitaminas, como la B1, B6, B12 y vitamina E, sin contar con que contiene minerales como el calcio, el fósforo o el magnesio, lo que la hacen muy beneficiosa.
El jamón aporta calorías, incluyendo la grasa que se puede comer, en cantidad similar al pan, es decir, unas 250 calorías por cada 100 gramos ingeridos. Este bajo aporte permite incorporar este alimento a cualquier dieta.
Por otro lado, contiene entre un 55 y un 60% de ácido oleico, que ayuda a reducir el colesterol malo.
